Juan nunca imaginó que volvería a marcar ese número de
teléfono.
—José, ha habido un accidente, tienes que venir.
Al reencontrarse se abrazaron y lloraron juntos; durante
horas. Su madre solía decir: «Mis niños volverán a quererse, aunque sea lo último
que haga.»
Y la Isidora nunca se equivocaba.
2 comentarios:
¡Qué hay, vecino! Me alegra ver que te has embarcado en el maravilloso mundo del bloguero jeje. Por cierto ¿no admites seguidores? No encuentro la opción... :(
Mucha suerte en las microjustas. Estás ahí, en todo lo alto, como empieza a ser habitual en ti. No mereces menos. La calidad de tus micros (como esta grande Isidora) lo vale.
Un saludete de Raúl Gómez (A.K.A. Rapso)
Muchas gracias compañero! Es todo un honor para mí que digas eso. Suerte a ti también, ya sea en los Dardos, Sortija o, si estás participando, en las Justas.
Lo de seguidores, no sé si igual me lo cargué al poner esta plantilla, pues la cogí y la pegué con el código HTML. Lo investigaré.
Un abrazo y gracias por visitarme!
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