Era un ser taimado, perverso y enamoradizo. Capturó cientos de luciérnagas, las atravesó con sendos alfileres y las clavó en los márgenes del camino, para que ella no tropezara en la noche. Nunca entendió por qué no volvió a visitarlo.
Uno de los tres microrrelatos con los que participé en la final de la VII edición de las microjustas literarias de la web Ocio Zero, y que me ayudó a ganarla. El tema principal era la soledad, y la premisa, que solo podía (y debía) aparecer una "i" en todo el texto. i
Una norma cruel no me deja gozar junto a las otras. Todas, hasta «k» y
«w», están presentes. Soy una extraña. «Tú das nombre al relato —tratan
de consolarme—, ¡eres una estrella!» Una estrella… Y como ellas, tengo que conformarme observando al resto de letras desde lo alto. Sola.