El amigo imaginario

Autor: Edgar Sega / Etiquetas:


—Cariño, qué extraño, ha dejado de jugar con él; como si ya no lo viera.
         —Es cierto —confirmó sorprendido el marido. Después, mirando a la nada, dijo—: Pablito, no te preocupes, nosotros seguiremos jugando contigo.

2 comentarios:

Elisa dijo...

Buenísimo, Eddy, vaya toque final.
Vengo desde las microjustas donde, como cada quisque, llevo la máscara de rigor.

Edgar Sega dijo...

Gracias por pasarte, Elisa, me alegra que te haya gustado. Recuerdo tu avatar... o sea que tu estás por ahí... ¿quién serás?

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